Mas Marroch by Hnos. Roca

Un viaje para nuestro paladar Puntuación 9,8

Desde el mes de octubre del año pasado que teníamos pendiente el poder degustar los platos de este excelente restaurante, pero a causa de las restricciones con los confinamientos perimetrales tuvimos que cancelar la reserva un par de veces. Por fin este sábado pudimos celebrar el que era mi regalo de cumpleaños, con casi seis meses de retraso.

Salimos de la autopista AP-7 donde indica aeropuerto, siguiendo la carretera Gi-533 hasta encontrar el desvío a la GIV- 5332, pasado un kilometro, se encuentra una calle a la derecha que nos llevó directo a la masía, frente a ella hay un gran aparcamiento donde pudimos dejar sin ninguna complicación nuestro vehículo.

El restaurante está ubicado en una antigua masía catalana, en una zona rural rodeada de amplios prados verdes, un lugar muy apacible y bucólico, utilizado en la época pre-pandemia para la organización de bodas y eventos en general, pero que en la actualidad con las restricciones se ha convertido, por suerte para nosotros, en un hermano pequeño del Celler de Can Roca, donde se puede disfrutar actualmente de los platos más emblemáticos de los hermanos Roca, el comedor principal esta bajo una gran cúpula de cristal, disfrutando de una gran iluminación natural, ofreciendo la sala una amplia separación entre las mesas, cumpliendo sobradamente con las normas anti covid-19.

Una vez sentados en nuestra mesa, nos ofrecieron la opción de elegir entre la selección de platos de la carta o el Menú Memoria, que está compuesto por un aperitivo, brioche de trufa, siete platos emblemáticos del Celler de Can Roca y dos postres, por el interesante precio de 115 euros más el IVA correspondiente, opción por la que optamos en nuestro caso.

Tratándose de un restaurante de un cierto nivel, la atención de los camareros fue muy buena, aunque no llegando a ser excelente, me dio la sensación que estaban en prácticas, pero tampoco vamos a ser demasiado quisquillosos, los platos nos fueron correctamente descritos por el camarero, los tiempos entre platos muy correctos, dejándonos un cierto tiempo para ir asimilando la comida y sobre todo la excelente atención de Josep Roca, que iba mesa por mesa interesándose por la satisfacción de los comensales con gran interés, se nota que les gusta cuidar al cliente.

Iniciamos nuestro viaje gastronómico con un pan redondo, untándolo con mantequilla a la olivada para ir haciendo boca.

Continuamos con unos deliciosos brioches de trufa.

Carpaccio de manitas de cerdo, con judías de Santa Pau, aceite de boletus edulis y nougat de cebolla (1989)

Timbal de manzana y foie con emulsión de manzana y perifollo, aceite y vainilla (1996)

Gambas de Palamós con salsa y el caparazón deshidratado.

Parmentier de bogavante con trompetas de la muerte .(1988)

Lubina con sabores del mediterráneo, bergamota, hinojo , naranja, piñones y aceitunas verdes.(2006)

Canelón de pularda con salsa de foie, trufa negra y la pechuga a baja temperatura (2001)

Oca royale con compota de peras (1999)

Adaptación del perfume Eternity de Calvin Klein: crema de vainilla, gelatina de arce, gelatina de flor de azahar, granizado de mandarina y helado de bergamota (2002)

Postre láctico de dulce de leche de oveja, espuma de cuajada, helado de leche de oveja, gotas de yogur, granizado de guayaba y algodón de azúcar (2006), del cual nos explicaron es un homenaje a los pastores, si haces girar la cuchara mezclando los ingrediente en el plato suena como los cencerros que llevan los rebaños.

Para finalizar nos tomamos un café que venia acompañado con unos bombones tipo rocher junto con otros de piña colada.

En resumen, disfrutamos de una gran experiencia gastronómica que recomiendo hagáis si tenéis oportunidad, en un lugar precioso rodeado de naturaleza, todo ello, acompañado de una atención amable y cercana de sus propietarios.

Carta : https://www.masmarroc.com/cartaesp

Web : https://www.masmarroc.com/cas