Semproniana | Barcelona | El Mundo de George

La Esencia de una Fonda con personalidad propia | Puntuación : 9,3

Durante los meses que estuvimos confinados en casa a causa de la Covid-19, mi pareja seguía cada mañana en Instagram a la cocinera Ada Parellada, donde explicaba sus interesantes recetas y consejos culinarios, que pusimos en práctica algunos de ellos mientras estábamos encerrados en casa.

Pasados los confinamientos comentamos que seria interesante visitar su restaurante, pero por unas cosas y otras no ha sido hasta ahora que por fin hemos podido degustar sus excelentes platos.

La saga familiar de Ada Parellada está vinculada desde hace años a la cocina, su tío Paco Parellada, fue el propietario del emblemático restaurante las 7 puertas de Barcelona que actualmente regenta Paco Solé Parellada, su hermano, Ramón Parellada, es propietario de la Fonda Europa en Granollers que he comentado hace algún tiempo en este blog, su hermana, Teresa Parellada, es responsable del restaurante de Bigas llamado Can Ribas.

El restaurante Semproniana está situado en el ensanche izquierdo de Barcelona, disponiendo de varios parkings de pago cercanos, aunque en nuestro caso, aprovechamos que el fin de semana se puede aparcar en la calle Balmes gratuitamente y se suelen encontrar algunas plazas libres al mediodía.

El restaurante permanece abierto desde el año 1993, que fue cuando Ada Parellada y su pareja Santi Alegre, alquilaron el local, donde había esta instalada una antigua editorial.

Le entrada del restaurante destila aires del siglo pasado, con una antigua puerta de madera color azul, en su interior nos encontramos con una mezcla ecléctica de estilos y colores, resultando una combinación muy detallista, encantadora y personal. Por lo que sabemos, la gran mayoría de cuadros y decoraciones los realiza en su tiempo libre la mismísima Ada Parellada.

Nos atendieron rápidamente, acompañándonos a nuestra mesa de color azul con sillas dispares, como en la mayoría de las mesas, me sorprendió la gran cantidad de tronas ( sillas para bebes) de que disponen, pero después lo entendí, resulta que es donde dejan la cubitera con el vino en cada mesa.

Para comer elegimos el menú degustación de 40€, en la carta abundan los platos tradicionales catalanes de cocina mediterránea, pero con su toque personal. Nosotros preferimos el menú degustación porque así podemos probar un poco de todo.

Para empezar nos pusieron una bandeja con seis primeros platos separados : Huevo frito explosión, Vieira con crema de erizo, Arroz Venere, Pequeño canelón relleno de butifarra negra, Terrina de foie y Salmón marinado.

De segundos nos trajeron media ración de pescado blanco y media ración de unas deliciosas costillas de cerdo que se deshacían en la boca.

Y de postre, otra bandeja con tres separaciones que le llaman el trío de ases dulces.

La comida constó de unas raciones de tamaño correcto, para ser un menú degustación, no quedándote ni con hambre, ni demasiado lleno, como a veces me ha sucedido en determinados menús degustación de otros restaurantes.

La atención fue muy amable y atenta, en cuanto a los tiempos entre platos fueron agiles, tipo fonda, pero sin prisas, la presentación de los platos fue correcta, tal y como podéis apreciar en las fotografías. En cuanto a los precios son muy correctos, sobretodo el menú degustación que para mi estuvo genial .

El ambiente es bastante tranquilo, en un entorno mezcla de familiar y romántico a parte iguales.

Una opción muy recomendable , para un menú diario, cenas con amigos o familia, con unos platos elaborados con buena calidad y muy sabrosos.