Un domingo diferente por Barcelona

Que visitar un domingo en Barcelona

Todo y que vivimos muy cerca de Barcelona, siempre hay algunas visitas, que por una razón u otra van quedando pendientes.

Este Domingo lo dedicamos a visitar algunos edificios de interés, unos más conocidos que otros.

Salimos temprano y nos dirigimos hacia la zona del Barrio de Horta, gracias a las rondas en poco tiempo se puede acceder perfectamente; nuestra primera visita fueron los jardines del Palau del Heures, situados muy cerca del famoso Laberint d´horta.

Aparcamos cerca de les Llars Mundet, que aunque es zona verde, los fines de semana se puede aparcar gratuitamente, una vez situados frente a les Llars Mundet hay que coger la calle que baja rodeando el recinto, en nuestro caso nos equivocamos y fuimos por la calle que va hacia arriba, que termina en una camino de tierra, seguimos por él hasta llegar a una valla, que tuvimos que rodear por la maleza del bosque, hasta encontrar la entrada de los jardines.

El Palau del Heures o Casa Gallart, fue construido a finales del siglo XIX por el arquitecto August Font i Carreras, por encargo, como casa de veraneo, del industrial gerundense Josep Gallart Forgas, un indiano que hizo fortuna con la industria azucarera, llegó a tener cinco haciendas en Puerto Rico, también era propietario de una naviera. El palacio, de marcado estilo francés, al igual que sus jardines, tiene en su fachada dos torres redondas rematadas con picos cónicos como los castillos de nuestro país vecino.

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Por desgracia su propietario, Don Josep Gallart, no pudo aprovechar mucho de su palacio pues a los dos años de su construcción falleció, quedando como propietario su hijo José Gallart Folch, ingeniero industrial, el cual se dedico a la fabricación de coches en la famosa marca de la época Hispano Suiza (de la cual fue socio fundador su padre).

Durante la guerra civil les fue expropiado el Palau de les Heures, para que fuera la residencia oficial del Presidente Azaña en Barcelona, aunque nunca llegó residir en el.

El que si se refugio en el Palau de les Heures fue el Presidente de la Generalitat Lluis Companys, para el que construyeron un refugio antiaéreo en su sótano. Durante la contienda José Gallart propuso al general Alfredo Kindelá, que bombardearan el palau de les Heures, aunque no tuvieron en cuenta su petición ante la dificultad que representaba la sierra de Collserola para el bombardeo.

En 1939 José Gallart recuperó la propiedad y la restauró, aunque nunca más vivió allí, así que en 1958 la Diputación de Barcelona la adquirió y actualmente se imparten cursos de la Universidad de Barcelona.

Los jardines, están distribuidos en varias terrazas, con fuentes ornamentales en el centro y con unas inmensas palmeras mirando hacia el cielo. Lástima que fuimos en invierno, por lo que los rosales y demás plantas no estaban en su mejor momento.

Regresamos al coche y nos dirigimos a la zona centro de Barcelona, donde teníamos reservada la visita de la casa de les Punxes o Casa Terradas, otro edificio emblemático situado justo al lado de la avenida diagonal, diseñado por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch en 1905, el empresario textil Don Bartomeu Terradas Brutau encargó a Josep Puig i Cadafalch el diseño de una casa para cada una de sus tres hermanas, Àngela, Josefa y Rosa, diseñando este, un edificio que recordaba a los antiguos castillos medievales, con elementos de diferentes corrientes arquitectónicas, con seis torres puntiagudas, coronadas por agujas de forma cónica, que le dio el nombre popular de Casa de les Punxes, hasta que en 1991 paso a ser propiedad de La Caixa y actualmente es de propiedad privada. Por suerte desde 2016 se puede visitar una parte.

Al ser fin de semana pudimos aparcar en la calle Córcega y nos dirigimos a la casa que estaba bastante cerca. Al entrar nos entregaron la audio-guía que se iba activando automáticamente en cada sala, en la primera sala nos encontramos una cuenta atrás para que la visita fuera sincronizada con la audio-guía, hay bastantes paneles multimedia en las varias salas que fuimos visitando, hasta llegar a la terraza que pudimos visitar los torreones con sus picos decorativos.

Al acabar la visita nos tomamos un «brunch» en el bar que está en la planta baja. La visita es interesante pero se me hizo un poco corta, esperaba visitar alguna sala más noble o de dimensiones más grandes, pero en general es una visita agradable con mucha información multimedia.

Como ultima visita del día nos fuimos al Hospital de Sant Pau, diseñado por Lluís Domènech i Montaner, de estilo modernista, construido entre 1905 y 1930, un macro-proyecto que no se pudo construir nada más que una tercera parte, considerado como uno de los mayores conjuntos de la arquitectura modernista catalana, siendo Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1997, construido para sustituir al hospital de la Santa Cruz que se había quedado pequeño y obsoleto, ya que la población de Barcelona había aumentado a un ritmo vertiginoso hasta los 500.000 habitantes.

Gracias a su benefactor el banquero Don Pau Gil que donó el dinero necesario a la fundación de la santa creu de Barcelona para la construcción de un hospital. La construcción duró varios años, pero tras las dificultades económicas para acabar al completo, pues originalmente ocupaba nueve manzanas del ensanche barcelonés, veintisiete pabellones, todos ellos interconectados por pasillos subterráneos para el traslado de los enfermos, se dio por terminado en 1930. Estuvo en funcionamiento hasta al año 2009, fecha en la que se inauguró el nuevo edificio más moderno.

Desde el año 2016 ya se puede visitar este magnifico ejemplo del modernismo catalán, el cual he de decir me ha impresionado mucho.

Comenzamos la visita, en nuestro caso elegimos la visita guiada que tiene un precio de 19€ o de 15€ con el descuento de la biblioteca, al entrar por su puerta principal, que está orientada cuarenta y cinco grados respecto al ensanche barcelonés, justo mirando hacia la Sagrada Familia, la cual se ve al fondo del paso Gaudí, el guía nos explico que el motivo de esta orientación fue que Domènech i Montaner quería aprovechar el viento procedente del mar para ventilar el hospital y salvaguardarlo de enfermedades.

Continuamos por los pasillos subterráneos enteramente alicatados con baldosas blancas, para dirigirnos al final de la primera sala donde teníamos una escalera para subir a la planta a nivel del patio central. En la Pabellón de Sant Salvador, nos explicaron un poco de la vida de Domènech i Montaner y de las características de la arquitectura del edificio.

Cuando llegamos al Pabellón de Sant Rafael, nos encontramos una zona al final del pabellón que está representado como estaban distribuidas la camas de los enfermos en los años 20. También nos explicaron que a estos pabellones por la falta de espacio les añadieron tres plantas de altura los cual hacia unos espacios claustrofóbicos.

Visitamos uno de los quirófanos , situado en un semicírculo totalmente acristalado para que tuvieran mucha luz natural al operar a los pacientes, se ve que lo hacían de dos en dos, con el suelo de mármol blanco, supongo para que se pudiera limpiar bien.

Acabamos la visita en edificio de la administración, el más espectacular de todos, con columnas muy ornamentadas de vivos colores, según nos comento el guía estaba hecho para sorprender a los visitantes, con techos muy altos, amplias cristaleras de colores y con una preciosa bóveda con cerámicas y una cúpula acristalada.

Una visita muy recomendable y sorprendente, parece mentira que para hacer un hospital en aquellas épocas, pudieran hacer estas autenticas obras de arte arquitectónico.

Un agradable Domingo visitando fantásticos edificios de la ciudad.