MINA’S – La Garriga | El Mundo de George

Esencias de Corea en el Vallés Oriental – Puntuación 8,9

Durante un interesante recorrido por la población de la Garriga, recomiendo su visita durante alguna de sus festividades, elegimos este restaurante de comida coreano japonesa, para saborear su cocina de inspiraciones asiáticas.

La Garriga está situada en mitad del trayecto que lleva a los barceloneses hacia Vic o Ripoll. En ella, pudimos visitar sus yacimientos arqueológicos que datan de la era del paleolítico y la edad de Bronce, la Parroquia de Sant Esteve y una gran variedad de Casas Modernistas, pues gracias a la presencia de aguas termales, la Garriga se convirtió en uno de los lugares de veraneo preferidos de la burguesía catalana de principios del siglo XX.

El restaurante se situado en el Carrer dels Banys, 57, en una zona muy céntrica, el local no es demasiado grande, pero suficiente para disponer de varias mesas sin que estén demasiado juntas, aunque en nuestro caso comimos en la barra.

La decoración transmite una sensación hogareña, con colores verdes y blancos en las paredes, elegantes lamparas y mesas de madera clara combinadas con sillas de colores cálidos.

Según he leído la idea de Mina, su propietaria, es la de ofrecer una comida casera de estilos Coreana y Japonesa, aunque no soy demasiado experto en comida coreana, mi sensación fue de que lo consigue.

Al llegar, estaba el restaurante repleto de comensales, quedando libre solamente para comer en la barra, que aunque es algo más incómodo que en una mesa, tiene la ventaja que pudimos observar a Mina mientras elaboraba los platos, fue realmente interesante.

La carta es bastante limitada, pero supongo que al ser de elaboración personal casera, así poder ofrecer un buen servicio. Aquí os dejo la carta.

De entrantes pedimos unas Gyozas Caseras (mitad ternera, mitad cerdo, verduras, tofu)

De platos principales pedimos Fideos Yakisoba de Mariscos (Fideo yakisoba con gambas y calamar)

Y un Donburi de Pollo Teriyaki (Arroz con pollo marinado con salsa coreana, cebolla cocida y huevo)

De postre un Mochi de te verde y pastel de chocolate

La atención fue amable, aunque como el restaurante estaba a tope me dio la sensación de que iban algo desbordados, en cuanto a los tiempos entre platos fueron algo lentos, supongo que por la misma razón y la presentación de los platos correcta, pero sin destacar.

Todo estaba muy bien elaborado, sabroso y con productos de calidad. El ambiente relativamente tranquilo, pero como suelo decir, eso depende mucho de los vecinos de mesa que te tocan ese día.

Una opción muy recomendable, para una comida o cena con amigos en un entorno agradable, con unos platos de buena calidad, sabrosos y a un precio correcto.