Laos – Parte 2
Día 30 de Julio
Vuelo Camboya – Laos
En el aeropuerto de Luan Prabang, volvimos a tener que rellenar las tres hojas igual que en Camboya para conseguir el visado de entrada, como no habían bolígrafos disponibles nos quedamos los últimos y suerte que al final nos dejaron uno, que si no aún estaríamos allí, ya teníamos preparadas la fotografías de carnet, menos nuestra amiga Rosa que no la tenía, pero no pasa nada, pagabas un poco más y te hacían una al momento con una webcam, pagamos los 35 dólares de rigor y ya está, lo curioso es que depende de que país eres pagas un poco más o un poco menos, ya estábamos oficialmente en Laos.
Como teníamos contratado el traslado, ya estaba nuestro guía Sr. Pan esperándonos para llevarnos al hotel.
El guía en un principio lo vi un poco despistado, pues no tenía muy clara la ruta del día siguiente, pero después de hablar con la central ya lo tuvo todo claro.
Llegamos al hotel Villa Maly, un precioso hotel que antiguamente había sido el hogar de un miembro la realeza de Laos, actualmente es un hotel boutique, completamente rodeado por un exuberante y abundante jardín tropical, el mejor de todo el viaje.

Después de instalarnos en el hotel fuimos a visitar el mercado nocturno en el centro de la ciudad, es estrecho pero muy largo, algo agobiante incluso, al final de la calle nos encontramos con infinidad de restaurantes muy bien decorados así que cenamos en uno de ellos, que está situado en la misma calle principal llamado «Sena» y está regentado por un italiano con acento de Sevilla, pues resulta que había trabajado muchos años allí, la comida es excelente.
Ya un poco cansados regresamos al hotel.
Día 31 de Julio
La sensación que se tiene en Luan Prabang es de muchísima paz, aún siendo la tercera ciudad más habitada de Laos con 77.000 habitantes, todo en ella es muy tranquilo, no sé si será por tener más de 50 templos budistas o cual es la razón, una visita imprescindible si viajáis al sudeste asiático.
Este día no madrugamos demasiado, desayunamos tranquilamente en el precioso hotel, en un comedor semi-exterior rodeado de vegetación tropical.

Salimos a la 9 de la mañana, donde nos recogió nuestro guía Sr. Pan, ya que habíamos contratado la excursión del rio Mekong, cuevas Pak Ou y varios templos, a mi parecer salimos un poco tarde, pero ellos conocen mejor el país.

Nos trasladaron al embarcadero para coger nuestro barco particular, un precioso barco de madera muy bien barnizado y cuidado, que era tripulado por un matrimonio, con él remontamos el rio Mekong, el rio más largo del sudeste asiático, un trayecto maravilloso, donde pudimos contemplar los frondosos paisajes a sus orillas, con su población autóctona pescando en pequeños botes. Al ser temporada de lluvias el Mekong tenia un caudal bastante fuerte, precisamente unos días antes de salir de Barcelona, nos enteramos que se había roto una presa en Laos en la que fallecieron varias personas.

A mitad del recorrido nos detuvimos en el poblado Villa Ban Xang Hai, allí pudimos observar como hacían licores en pequeñas destilerías artesanas, en algunos frascos del licor tenían serpientes o escorpiones dentro, no sé si lo hacen más para los turistas o realmente ellos beben estos licores, vistamos un pequeño templo budista y atravesamos la calle principal del poblado donde habían mujeres, tejiendo sedas y bordados de vivos colores.
Seguimos con nuestra embarcación hacia las cuevas Pak Ou, una vez allí visitamos primero la menos profunda subiendo pocos escalones la cual está toda repleta de budas de varios tamaños, dicen son ofrendas de los fieles y a continuación visitamos la más profunda, pero para ello, tuvimos que subir 200 escalones, que nos fue bien para coger hambre, ya que llevábamos un par de horas sentados en el barco.

Después de la visita nos cruzaron con la barca hasta el restaurante que estaba justo frente a la cueva al otro lado del río, el cual tenía unas maravillosas vistas de la gran roca donde está la cueva.

Tras comer descendimos el río con la barca, al navegar a favor de la corriente tardamos la mitad de tiempo que en la ida. El barquero nos dejó en un pequeño pueblo que hacen artesanías de papel y de seda, encima de la pasta de papel depositan pétalos de flores o pequeñas hojas de las plantas, quedando unos papeles muy bonitos, así que compramos algunas cosas de papel decorado y un tapete de seda para nuestra mesa de comedor.
Nos recogió el conductor con la furgoneta y nos llevo a la punta de la península de Luang Prabang para empezar la visita de la ciudad, vistamos primero el templo Wat Xieng Thong, de estilo laosiano y uno de los más grandes, construido en 1560, en 1975 fue el templo real donde coronaban a los reyes, está rodeado de varias estupas y capillas.
También hay un carruaje funerario usado para llevar los restos de los reyes laosianos, continuamos visitando el templo Wat Visoun, uno de los más antiguos de la ciudad construido en la segunda década del 1500 y reconstruido en 1887, con su estupa That Makmo situada en el patio, aquí nos hizo una pequeña tormenta, pero por suerte estábamos dentro del templo y finalmente vistamos Wat Aham. Como se había hecho un poco tarde dejamos el Museo Nacional para el día siguiente.

Para acabar subimos a la colina Phousi, para disfrutar del las impresionantes vistas de la ciudad.

Y sus alrededores con la puesta de sol de fondo, al ser una de las recomendaciones en varios blogs, estaba repleta de gente, lo difícil era hacerte una foto sin que se te cruzara alguien por delante.
Regresamos al hotel donde nos bañamos un buen rato en la piscina y fuimos a cenar en uno de los restaurantes de los alrededores del mercado nocturno, que no recuerdo su nombre.
Día 1 de Agosto
A las 5:30 de la madrugada fuimos a ver la ceremonia de entrega de ofrendas, donde los monjes budistas recogen la comida que les dan en ofrenda los fieles, nos explicaron que los jóvenes cuando están de vacaciones del colegio, muchos de ellos ingresan en los templos para hacer meditación y aprender la filosofía budista.

La ceremonia es muy visual, con decenas de monjes en fila recogiendo las ofrendas, en su ritual diario, todos ellos con sus túnicas de color azafrán, portando sus cestos para recoger la limosna.

A continuación hicimos un recorrido al mercado de comida tradicional, entre la mucha variedad de comida pollos vivos, pescado, etc., nos sorprendieron bastante unas ranas grandísimas y unas bandejas de unos gusanos gordos, en la zona de verduras tenían muchísimo cilantro con un intenso olor, que por cierto a mí no me gusta nada de nada.
Regresamos al hotel para desayunar y después, como nos había quedado pendiente el día anterior, fuimos al museo nacional antiguo Palacio Real, unos edificios preciosos, sobre todo su templo, lástima que no se pueden hacer fotos ni filmaciones, pero su visita es muy interesante y con un bonito jardín.

Aquí teníamos contratada una excursión de una reserva de elefantes y la cascadas Kuang Si.

Nos recogió el conductor con el Sr. Pan y nos trasladamos a la zona de elefantes asiáticos en el «Mahout Elephant Village» se llama All Lao Elephant Camp, donde hicimos un divertido trayecto escénico de 1 hora a través de bosques, plantaciones y campos, tiene un precio de 30 dólares. antes de empezar nos explicaron que era una reserva donde cuidaban de los elefantes heridos o abandonados, propiedad de un Laosiano, que cada elefante hacia una sola ruta al día y que estaban sumamente cuidados para su conservación. Primero les dimos de comer y luego hicimos un tranquilo y lento recorrido junto al río Nam Khan, donde nos hicimos muchísimas fotos con la cámara de nuestra amiga Rosa y los chicos que nos acompañaban también nos hicieron muchas fotos con la misma cámara, para nuestra sorpresa, cuando llegamos al hotel se dio cuenta que no había insertado la tarjeta de memoria así que solo tenemos algunas fotos de la gopro y de la cámara de mi esposa que, confiando en que habíamos hecho muchas, apenas hizo.
A continuación nos dirigimos a las hermosas cascadas Kuang Si, situadas en el bosque de Kuang e hicimos un picnic sorprendente, que nos tenían preparado justo al lado de la cascada, el lugar es idílico y muy apacible.


La gran cascada está formada por varios niveles por los que el agua cae, desde su parte más alta, hasta depositarse en varias piscinas de aguas teóricamente turquesas pero como había llovido mucho, en nuestro caso eran marrones, completamente rodeadas de árboles y de frondosos matorrales entre los que volaban montones de mariposas, la zona estaba bastante inundada, lo bueno es que el caudal de la cascada era espectacular, en un lateral hay una reserva de osos que dormitaban a sus anchas en los arboles y en una hamacas preparadas especialmente para ellos.
Regresamos hacia el hotel, durante el trayecto nos comentaron si queríamos ir a ver unas tiendas de alfombras y de seda, pero como ya habíamos visto el día anterior le dijimos que no nos apetecía y fuimos directos la hotel, está es una de las ventajas de ir en viaje privado.

Como era temprano nos refrescamos un poco en el hotel y nos fuimos a hacer un recorrido hasta la punta de la península de Luang Prabang, visitando por el camino los templos que nos habían quedado pendientes, visitamos primero Wat Mahathat, como era la hora de la oración, mientras íbamos visitándolo teníamos de fondo los mantras budistas, continuamos con el templo Wat Hua Xiang y sus columnas doradas, el siguiente el templo Wat Hosian Voravihane, están pegados unos a otros o sea saliamos de uno y entrabamos en otro, el templo Wat Mai, Wat Phaphay, Vat Sensoukharam, Wat Sop Sickharam, Phon heuang, Wat Sibounheuang y acabamos en el Vat Pak Khan Khammungkhun, un empacho de templos a cual más encantador y todos con sus jóvenes monjes cantando mantras, es como los bares en el «port olimpic de Barcelona», pero en versión templos, uno al lado de otro.
Para acaban de la mejor manera el día, coincidiendo con la puesta de sol, tomamos un cocktail en el bar que está justo en la punta donde se une el Río Mekong con su afluente el rio Nam Khan, es el Viewpoint cafe, está situado en un lugar privilegiado justo al final de la península de Luang Praban, en la unión de los dos ríos, tiene unas vistas preciosas mientras va anocheciendo y ves como navegan los barcos por el rio.

Para cenar fuimos al restaurante «Coconut garden» que está situado en la calle principal Sisavangvong Road, con una carta muy extensa de platos nacionales e internacionales, comimos muy a gusto, es muy recomendable, sobre todo para los que nos gusta variar un poco de la comida asiática.
Por fin fuimos a dormir, porque desde las cinco de la madrugada que estábamos despiertos y el cansancio pasa factura.
Dia 2 de Agosto
Teníamos esta mañana libre, así que nos levantamos un poco más tarde, desayunamos y salimos a las 9:30 h, salimos paseando del hotel, la primera visita fue el museo UXO Laos, que es de la organización que se dedica a limpiar de bombas Laos, pues es el país que más toneladas de bombas a recibido, 2.000.000 de toneladas de material explosivo, 270.000.000 de bombas, actualmente todavía quedan unas 80.000.000 sin explotar, es terrorífico, cada año mueren unas 300 personas en accidentes con alguna bomba enterrada en Laos, una salvajada. La exposición es bastante pequeña, solo un par de salas, pero interesante para darse uno cuenta de lo que han sufrido estos países.

Después hicimos un paseo por la población, vimos el monumento al presidente Souphanouvong, que está muy cerca del museo UXO.

Seguimos por la calle principal hasta el antiguo puente de hierro, que actualmente solo se puede cruzar a pie o en moto, cruzamos el río por el puente de acero, que da bastante mal rollo, pues tiene varias tablas rotas dejando ver el río abajo.

Continuamos por la calle Phetsarat Road, donde has muchas tiendas de alimentación, carnicerías, pescaderías, tiendas de arroz variado, todas ellas sin ningún tipo de refrigeración pero todo parecía de muy buena calidad.
Como me iba orientando con la aplicación maps.me, nos dirigimos al puente Nam Khan River Bridge, que me marcaba la aplicación la sorpresa fue que una vez allí no había ningún puente, por suerte había un barquero que por un módico precio ( 5000 Kips ) te cruzaba al otro lado del río, menos mal porque si no nos tocaba hacer una vuelta enorme.

Para ir regresando al hotel, cogimos un camino que rodeaba la colina del Phousi, disfrutando de unas bonitas vistas de los tejados con las montañas al fondo, he de reconocer que me ha encantado Luang Prabang.

Comimos en el restaurante de nuestro hotel y solo tocaba esperar a que llegara el transporte al aeropuerto para ir a Hanói, volamos con la compañía Lao airlines.

Llegamos al aeropuerto con suficiente antelación, al ser un aeropuerto pequeño todos los trámites fueron bastante rápidos, así que esperamos un poco, nuestro avión era de hélices un TR72, muy curioso porque la azafata tenía un asiento central mirando hacia los pasajeros, fue un vuelo agradable, pudimos volver a ver las inmensas selvas que rodean Luang Prabang, el vuelo tuvo una duración de una hora y veinte minutos.
Continúa en Vietnam.
https://elmundodegeorge.com/2018/10/02/3-semanas-en-indochina-iii/
Magnífic
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